Odebrecht: El descarado “tapen-tapen” de Santos y Uribe

En las últimas décadas quienes han mal gobernado Colombia no solo se han turnado el poder y repartido por igual los puestos en cada gobierno, sino que lograron convertir las entidades de control en comisiones de aplausos y desvíos de investigaciones, con el fin de perpetuar “el tapen-tapen” que ha caracterizado a la justicia nacional.

El caso Odebrecht sintetiza las principales características de la economía y política nacional: un modelo corrupto que utiliza los impuestos de los colombianos para privilegiar las rentas de enormes firmas, magnates nacionales y foráneos junto con un modelo político que nos ponen a elegir entre candidatos, que pintan como diferentes, pero representan los mismos intereses de estos grandes poderes económicos.

Odebrecht giró 11 billones de dólares en sobornos a Colombia, algunos fueron para que esta firma se quedara con el contrato Ruta del Sol 2, que podría ser el proyecto de infraestructura vial más importante de la década. Gracias a Santos junto con Vargas Lleras a través de la ANI (Agencia Nacional de Infraestructura) y la Superintendencia de Industria, se permitió dar por terminado este contrato, en vez de declarar caducidad del mismo, lo que significa que a pesar del claro desvío de recursos públicos, estas empresas pueden seguir contratando como si nada. De este proyecto no solo se benefició Odebrecht (441 mil millones de pesos) sino también Episol, filial de Corficolombiana de Sarmiento Angulo (235 mil millones).

Otro proyecto en investigación es el adjudicado a Navelena (empresa de Odebrecht), que recibió un préstamo irregular del Banco Agrario por $120 mil millones de pesos para la recuperación del río Magdalena.

Al parecer los sobornos no se quedaron en las entidades que adjudicaron los contratos, sino que escalaron hasta los mismos candidatos presidenciales. Se vienen destapando nuevas pruebas donde se demostraría cómo Odebrecht financió las campañas uribistas de los candidatos Santos en 2010 y Oscar Iván Zuluaga en 2014, así como la campaña de Santos del mismo año.

Lo más grave es que las entidades de control hacen el esfuerzo de cubrir las evidentes irregularidades en los casos señalados, como se comprueba con la vinculación del Fiscal Néstor Humberto Martínez quién tiene enormes conflictos de intereses en investigar estos casos. Por un lado, intervino indirectamente en la realización de la adjudicación de la Ruta del Sol, al aprobar el CONPES 3817 de 2014 como Ministro de la Presidencia de Santos que permitió la adición para ese proyecto.

Por el otro, su firma MNA (Martínez Abogados) aparece en dos asesorías a la Ruta del Sol en los años 2012 y 2015, y realizó concepto de asesoría del año 2015 para Navelena, dirigido al Banco Agrario con sello de recibido de Odebrecht. Tan irrefutables y contundentes son las denuncias del senador Robledo, que Martínez, en un claro ejemplo de desespero y politiquería señala al senador de estar en campaña presidencial al realizar estas denuncias. No es más que una cortina de humo por parte del Fiscal, como dice Antonio Caballero y trata por bobos a todos los colombianos al negar su impedimento con un testimonio que dice que en el crédito a Navelena “por error se incluyó logo de Martínez Neira Abogados”.

En las últimas décadas quienes han mal gobernado Colombia no solo se han turnado el poder y repartido por igual los puestos en cada gobierno, sino que lograron convertir las entidades de control en comisiones de aplausos y desvíos de investigaciones, con el fin de perpetuar “el tapen-tapen” que ha caracterizado a la justicia nacional. Los colombianos nos cansamos de que los mismos con las mismas se salgan con la suya, y que por medio de mecanismos legales e ilegales hundan en la miseria, la pobreza y la corrupción a Colombia para beneficiar los intereses de unos pocos.

Por: Diego Cortés.

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